Joaquín Piqueras leyendo este poema en El Palco (Cartagena) durante la presentación el pasado 16 de agosto de la plaquette Ángel Paniagua, endecasílabamente nuestro. |
Es el sabor a mar en nuestra piel
y el aliento amargo de la ausencia,
que nos hace más vírgenes- y menos
perversos -frente al eco de la muerte;
es el saber amar sin dar demora
a la extraña ironía que supone
tener el rostro amado al alcance
de tus labios y ver cómo se esfuma,
entre ofrendas de lágrimas, el beso
perplejo de un eterno prometeo.
Y después, recordar, mordisqueado
por los sueños, surcando mal de fondo,
la sonrisa impoluta de este cuerpo
que abrazas: el cadáver del deseo.
(Poema extraído de Angel Paniagua, endecasílabamente nuestro, Huerga & Fierro, 2012. Edición al cuidado de Antonio Marín Albalate. Se trata de una antología en la que siete autores -José Alcaraz, Natalia Carbajosa, Juan de Dios García, Antonio Gómez Ribelles, Antonio Marín Albalate, Joaquín Piqueras y Vicente Velasco- homenajean al reconocido poeta de Plasencia, actualmente residente en Cartagena).
2 comentarios:
Bonito poema, endecasílabamente bien escrito.
Un abrazo!
Gracias, Pepe. A ver si nos vemos pronto. Un abrazo.
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