Los infiernos de Orfeo supone una traslación libre y muy sui géneris del mito de Orfeo a la época actual. El protagonista, Martín Orfeo, es un músico moderno (como su trasunto mítico, goza del don de la música y de la poesía) que se lamenta por la pérdida de su amada, Eurídice García, emprendiendo, con el deseo de recuperar ese amor perdido, un descenso al inframundo, a los infiernos, que en realidad se encuentran en él, en su propia relación amorosa con Eurídice, pero también en su relación con la absurda realidad que le rodea.
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El libro se estructura a modo de disco/CD, con sus caras A y B, y cada poema es una pista, hasta completar nueve en cada cara - número simbólico que coincide con los nueve círculos del Infierno de Dante y con las nueve cuerdas que finalmente tiene la lira de Orfeo-, que muestran en un tono desenfadado, polifónico, no exento de ironía, el fluir discursivo del protagonista, quien no escatima en recurrir a los asideros existenciales que le proporciona su bagaje cultural (literatura, música, cine…) para intentar olvidar la ausencia de Eurídice, sobre todo, tras constatar que los peores infiernos devienen tras la pérdida total que conlleva esa mirada fatal hacia atrás, hacia el pasado, para arreglar los estragos del presente.
El libro se estructura a modo de disco/CD, con sus caras A y B, y cada poema es una pista, hasta completar nueve en cada cara - número simbólico que coincide con los nueve círculos del Infierno de Dante y con las nueve cuerdas que finalmente tiene la lira de Orfeo-, que muestran en un tono desenfadado, polifónico, no exento de ironía, el fluir discursivo del protagonista, quien no escatima en recurrir a los asideros existenciales que le proporciona su bagaje cultural (literatura, música, cine…) para intentar olvidar la ausencia de Eurídice, sobre todo, tras constatar que los peores infiernos devienen tras la pérdida total que conlleva esa mirada fatal hacia atrás, hacia el pasado, para arreglar los estragos del presente.
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Este poemario difiere de los anteriores en su narratividad, en la mayor extensión de los poemas y en su tendencia al análisis torrencial de los sentimientos más que a la síntesis contenida, dominante en los anteriores.
2 comentarios:
Estoy deseando leerlo. ¿Está en escarabajal ya?
Gracias, Gonzalo. Sí, está en Escarabajal y en Diego Marín, que yo sepa.
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