Joaquín Piqueras |
Si acaricio tu sueño cuando duermes
es porque me gustaría formar
parte de él, intervenir, aunque sólo
sea como simple actor de reparto,
pero con la entidad suficiente
para cambiar si es necesario el rumbo
del argumento hasta convertirlo
en una desternillante comedia
que dibuje en tu rostro la sonrisa,
entonces sabré que mi actuación
habrá sido incluso digna de un Oscar.
***
bastaría el leve aliento de un niño,
para hacer frente a tanta mierda,
para hacer frente a tanta mierda,
un soplo, una simple sacudida,
y seríamos inmaculados...
pero no,
debemos hacernos a la idea
de que esta vida que nos confunde
es real...
y en el fondo de la noche,
entre el insomnio de las horas
y el temblor de la memoria,
no hay nada,
salvo ese tranvía llamado dolor
y su incierto viaje
a ninguna parte
4 comentarios:
Precioso. Un aplauso.
las dos caras de la vida: el amor y el dolor... Ah, y el lenguaje para expresarlo!!!
Saludos, poeta.
Hola, Sergio. ¡Cuánto tiempo sin saber de vos!
Muchas gracias, Esa niña que vive dentro de mí... ¡¡¡Celebro que te guste!!!
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