.............................temerariamente
......me conduzco a mí mismo
............hacia dentro de ti
- debería decir tu cuerpo -
......y descubrimos
............las carreteras secundarias de la vida...
............................decididamente
......las autopistas ya no son para nosotros,
............el cielo nos resulta inverosímil,
y el paisaje se llena de sombras...
......pero eres obtusa como mi esperanza,
............y mientras haya estaciones como esta
fluido tráfico para nuestras emociones
...¿te gusta conducir?
.
(Joaquín Piqueras, Antología del desconcierto)
5 comentarios:
Cómo me gusta este poema, Johnny. Y qué buena la foto que le acompaña. Muy sugerente y apetecible.
Yo también prefiero la carreteras secundarias; me recuerdan que sigo conduciendo; que mis actos tienen sentido. Más trabajosas pero llenas de emociones. Como la vida misma. Y a pesar de todas las dificultades, me sigue gustando conducir y espero que esa fatídica curva quede aún muy lejos.
Prefiero no pagar más peajes hacia la monotonía.
Un abrazo.
Buenísimo y poético comentario, Aurelio. La verdad es que los peajes a la monotonía son los más fáciles y cómodos de pagar, pero luego te pasan factura existencial.
Muchas gracias. Un fuerte abrazo.
Poema muy original. El final es genial. Enhorabuena por tus dos blogs. Los seguiré muy de cerca.
Saludos.
Muchas gracias, Fausto, por tus amables palabras y por el ese - muy agradecido - "marcaje" a mis blogs.
Saludos
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