COMENTARIO DE FRANCISCO JAVIER ILLÁN VIVAS SOBRE "TOMAS FALSAS" EN ACANTILADOS DE PAPEL 280

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Francisco Javier Illán Vivas


El jurado del premio de creación literaria “María Guirado”, orientado a los docentes de la Región de Murcia, destaca en su acta que el poemario de Joaquín Piqueras es una colección de textos poéticos con el pie forzado de un film de carácter mítico, del que se hace una lectura personal y actualizada, con un lenguaje limpio y certero, de una eficacia extrema, y así debemos entenderlo cuando observamos los títulos de los poemas: Nosferatu, El acorazado Potemkin, Qué bello es vivir, Solo ante el peligro o De aquí a la eternidad, por citar tan solo cinco de ellos..


Pero además, la poesía de Joaquín Piqueras es muy sugerente, y es algo que también destaca Mª Rosario Gómez Gotor, en su breve carta de presentación del premio “María Guirado”, en esta tercera edición, dedicada a la poesía, donde se se refiere a los poemas de Piqueras como “muy sugerentes, tanto por la lectura que proponen de las películas en que se basan, como por el latido poético que los alienta”.

Finalmente, y antes de encontrarnos ya con los poemas que componen esas Tomas falsas de título equívoco, el autor del prólogo, Santiago Delgado, nos contará que Joaquín implica a su propia vida en el poema, en la película, usando un lenguaje sencillo, pues al poeta le interesa que le entiendan.

Tuve la suerte de leer algunos de estos poemas cuando aún eran inéditos, en la revista Ágora, papeles de arte gramático, donde convergemos ahora cada dos meses, y disfrutar de ese lenguaje sencillo y sugerente, de esas películas convertidas en poemas, de esos poemas que parecían tan visuales como las tomas de una invisible cámara, aunque él, jugando con el lector, nos dijese que eran tomas falsas, yo no pude entenderlo así, cuando nos narraba las aventuras vitales de esos obreros saliendo de la fábrica, “vestidos de azul, que saben lo que es/ el sudor en la frente de la vida,/ y entre ellos, mi madre, rostro anónimo/ que regresa a su hogar, con el pan/ bajo el brazo y un adiós en el pecho”.

O, más adelante, en ese acorazado Potemkin, donde da lo mismo que subas o bajes, “porque todas las escaleras apuntan/ hacia la nada, da igual que subas/ o bajes,/” pues concluye en un primer plano donde la vida adquiere “el inefable sabor de la muerte”.

Un cierto aire de desasosiego abruma al autor, que ve como “las manecillas del reloj avanzan/ deshaciendo lo poco que te queda/ de vida”, y nos descubre que “detrás del espejo/ no hay sombras, sólo esperanzas”, y ellas nos harán más llevaderas esas sombras que se abaten sobre nosotros, pintando “la derrota de nuestros rostros”.


Comentario extraído del blog LA CÓLERA DE NEBULOS:

4 comentarios:

François de Fronsac dijo...

Gracias, Joaquín, por hacerte eco.

Insólitos. Caminando por el lado salvaje de la literatura. dijo...

No, gracias a ti por el comentario.
Un abrazo agradecido.

Anónimo dijo...

Enmedio de su brevedad, este comentario nos adentra en algunas partes del espìritu que cruza tu poesìa y en especìfico, la poesìa que surgiò a travès de este libro. Un abrazo.

Insólitos. Caminando por el lado salvaje de la literatura. dijo...

Gracias, Campeador. Un abrazo.